Ingredientes:                                                          

3 huevos
125 grs de azúcar refinado
125 grs de harina
1 cucharada de agua caliente

Para el relleno:

200 grs de queso tipo mascarpone
1 cucharada de esencia de almendra
225 grs de fresas
15 grs de almendras tostadas fileteadas
azúcar glass para espolvorear.
un poquito de azúcar
Elaboración:

Calentamos el horno a 200-220º. Buscamos un recipiente de 35x25 cm, y lo engrasamos y ponemos papel sulfurizado encima. Ponemos los huevos en un

recipiente resistente al calor, junto con el azúcar.
Lo colocamos encima de un cazo con agua hirviendo y con la ayuda de la batidora de varillas lo batimos hasta conseguir una consistencia pálida y cremosa.
Retiramos del calor y echamos la harina tamizada y la cucharada de agua caliente removiendo un poquito pero ya sin la batidora.
Vertemos la mezcla en la bandeja preparada y metemos al horno 8-10 minutos hasta que esté un
poco dorado y hecho.
Sacamos del horno y lo colocamos encima de un papel sulfurizado. Quitamos el papel anterior y enrrollamos el bizcocho junto con el papel de manera que quede prieto. Lo envolvemos en un trapo de cocina seco y lo dejamos hasta que se haya enfriado por completo.
Mientras mezclamos el queso con un poco de azúcar y la cucharada de extracto de almendra. Y lo dejamos en el frigorífico hasta que vayamos a rellenarlo. Limpiamos las fresas y las cortamos en láminas.

Desenrollamos el bizcocho, lo untamos con el queso y colocamos por encima las láminas de fresa,
volvemos a enrollar el bizcocho, lo colocamos en una bandeja de servicio y lo decoramos con las almendras y el azúcar glass.
Yo no tenía almendras y lo decoré con el sobrante del relleno.
Se pueden cambiar las fresas por mermelada de fresa o frambuesa.